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El monje no quiere cambiar de hábito

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Todo lo que vamos aprendiendo en nuestra vida, nos sirve para poder enfrentarnos a nuevos retos. Al nacer no hablamos, ni caminamos, pero a fuerza de repetición y constancia, alrededor del año de edad aprendemos a caminar y un poco antes ya balbuceamos algunas palabras. Cada día que vivimos es una nueva aventura rumbo a lo desconocido y a fuerza de la repetición estos actos se transforman en hábito.

Primero el bebé puede dar un paso, luego dos, tres… constancia y repetición. Hace algún tiempo me vengo preguntando, ¿Cuándo es que perdemos nuestra capacidad de asombro? ¿Cuándo lo nuevo en vez de causarnos curiosidad, se convirtió en algo que nos causa miedo?

Fue entonces que busqué el significado de miedo y de acuerdo con la real academia de la lengua miedo es recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea, sea esto real o imaginario. En este punto mi pregunta tomó aún más fuerza, ¿Cuándo es que comenzamos a tener miedo? Nuestros días son iguales, nuestros actos son iguales, nuestras rutas al trabajo o universidad son iguales, todo lo que hacemos es igual día a día, resultamos tan acostumbrados a nuestras rutinas que nos es difícil el modificarlas en algo, aunque sea lo más mínimo.

Esto me hace recordar un pequeño hámster que tenía mi hermana, dentro de su jaula había una ruedita a la que se subía y corría hasta el éxtasis, más al final no llegaba a ninguna parte. Pero lo más contradictorio aún era, que al abrir la puerta de su pequeña jaula, corría hacia el lado opuesto y se escondía.  Al parecer tenía miedo que su pequeño hábitat se viera perturbado.

De la misma manera nos comportamos cuando acontece alguna ocurrencia dentro de nuestro cotidiano, cuando algo se modifica dentro del escenario al que estamos acostumbrados en nuestro día a día.

Somos temerosos del cambio, y generamos resistencia cuando nuestro pequeño mundo se ve modificado por alguna alteración en su funcionamiento.

Si es que no estamos acostumbrados a ahorrar, no lo haremos, si es que estamos acostumbrados a comer hamburguesas, lo seguiremos haciendo, si no estamos acostumbrados a hacer ejercicios, difícilmente comenzaremos a ejercitarnos de manera regular. Si estamos acostumbrados a gastarnos todo nuestro dinero, lo seguiremos haciendo, sin ahorrar absolutamente nada, con la excusa ya sabida, “No me alcanza el dinero, ¿Cómo voy a ahorrar?”

Todo esto es reflejo del miedo que sentimos de cambiar nuestros hábitos de comportamiento, no siempre estamos dispuestos a modificar las cosas que regularmente hacemos. Todo cambio es doloroso y nos causa temor, para poder superarlo debemos de hacer pequeños cambios, que aplicados todos los días, nos irán mostrando escenarios diferentes.

Si comienzo por ahorrar un sol al día, colocándolo en una latita, si es que no puedo comprarme una alcancía, podré al final de mes tener 30 soles ahorrados y ya podré abrir una cuenta de ahorros (hay aquellas que no te cobran gastos de mantenimiento), al final del otro mes ya podré volver a depositar la misma cantidad y tendré 60 soles, al final del año podré tener 360 soles, dinero suficiente como para iniciarme en cualquier pequeño negocio, por ejemplo, la venta de galletas hechas en casa, compra y venta de bisutería, préstamos de pequeñas cantidades de dinero por el lapso de un mes a un interés que esté acorde con lo que se cobra en el mercado, o cualquier otro negocio que se me pueda ocurrir.

Aunque no lo crean este trabajo de hormiga hará que nuestro dinero crezca aún más y nos permitirá pasar al siguiente nivel.

Sigamos adelante, felices finanzas.

Eco. Augusto Peralta

Augusto escribe en finanzasperu.com

8 comentarios en «El monje no quiere cambiar de hábito»

  1. Efectivamente, adquirir buenos hábitos como el ahorro nos beneficiará en nuestras finanzas y en nuestra vida en general, pero considero que el más beneficioso de todos, también para nuestro dinero, es el hábito de relfexionar sobre todo lo que hacemos.

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  2. Buena info! Jamas habia leidouna definición de miedo como esa y me gusto. Lo que no concuerdo es lo de prestar $ a interes es algo que considero de forma personal con muy mal karma.

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  3. Hace poco leía a Seth Godin hablando entorno a la misma idea y decía que «es más fácil volver a hacer lo que siempre hemos hecho que cambiar nuestra historia».
    Vale la pena reflexionarlo.
    Muy buena entrada.

    Carlos Aliaga

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  4. Gracias por sus comentarios. Como dice Yeras, prestar dinero a interés, lo considera de mala onda. A esto podría intentar alguna aclaración. El dinero es una mercancìa y el precio del mismo se mide en base al interés. Si tú alquilas tu depa, lo haces a cambio de dinero, ¿y si alquilas dinero a cambio de que lo harías? Lógicamente de dinero, eso es el interés.

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