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4 Cambios de Chip que te ayudarán a ahorrar más

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Este artículo va a ayudarte a ahorrar más dinero.

¿Cómo?

Te voy a contar 4 cambios de chip que cambiarán tu punto de vista sobre el dinero, y que harán que a fin de mes tengas más dinero en tu cuenta.

Soy Marc Frau, y soy el autor de Opinatron, una web en la que cuento mi camino hacia la libertad financiera, mis inversiones y mis aventuras con el dinero.

Quizá hasta ahora no hayas podido ahorrar todo lo que te gustaría, y por eso he escrito este artículo, en el que me centraré en algo que solemos olvidar cuando se trata del dinero.

La mentalidad, la forma de ver el dinero.

Estos 4 cambios de chip son una forma diferente de ver el dinero y el ahorro, y te los voy a contar desde mi experiencia, con ejemplos personales y con detalles, para que realmente puedas aprovecharlos.

#1 Cambio de chip para ahorrar dinero – El dinero Sĺ es importante

¿Qué pasaría si pensaras que tu familia no es importante?

Seguramente te alejarías de ella, y ella de ti.

¿Qué pasaría si pensaras que comer bien y hacer ejercicio no es importante?

Seguramente dejarías de hacerlo, y tu salud empeoraría mucho.

¿Y si fueras estudiante y pensaras que estudiar no sirve para nada?

Seguramente abandonarías antes de tiempo, y dentro de unos años te darías cuenta de que realmente sí hubiera sido importante seguir, para así encontrar un trabajo mejor.

Este tipo de mentalidad es aplicable a todo, y el dinero no es diferente.

El dinero sí es importante, y si piensas que no lo es, seguramente no harás lo necesario para ganarlo y cuidarlo, y nunca lo tendrás.

De hecho, puedo asegurarte que el dinero, además de ser importante, ayuda bastante a ser feliz.

Toda la vida he escuchado, y seguramente tú también, que el dinero no da la felicidad.

Lo oímos tantas veces que terminamos por creérnoslo, y eso es un error.

Pensar que el dinero no da la felicidad es muy malo para tu bolsillo, porque no le estarás dando la importancia que merece, y por tanto se alejará de ti.

No voy a decirte de forma categórica que el dinero es el único factor que da la felicidad, porque obviamente no es así.

En la felicidad de las personas influyen muchos factores: el dinero, la salud, el amor, la amistad, el trabajo, etc.

Lo que sí puedo asegurarte con total seguridad es que la falta de dinero dificulta muchísimo la felicidad.

Alguien que no llega a fin de mes lo pasa mal. Y peores están las cosas cuando una pareja no tiene dinero, ya que esa situación motiva que discutan continuamente por la falta de este.

Como escuché una vez: «el dinero no da la felicidad, pero te deja tan cerca de ella que puedes llegar andando en unos minutos».

El dinero es importante, y solo valorando su importancia podrás tener más día a día.

La verdad, no creo que exista ningún rico que piense que el dinero no es fundamental.

En cuanto a la felicidad, te mentiría si te dijera que el dinero soluciona todos los problemas, pero puedo asegurarte que elimina uno muy importante y que sufre mucha gente: la pobreza.

Seguramente, a lo largo de tu vida no dejarás de oír que el dinero no es importante, que el dinero no da la felicidad.

Pero tú pregúntate: si realmente no es esencial, ¿por qué trabajas tantas horas para conseguirlo?

Algo a lo que dedicas cuarenta horas a la semana, o incluso más, tiene que ser importante sí o sí.

Como dijo Groucho Marx: «¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!».

#2 – No compras con dinero, compras con tiempo

Puede que el titular de esta reflexión te haya sorprendido, pero te aseguro que tras leer las siguientes líneas lo entenderás perfectamente.

Es algo muy lógico, de total sentido común, pero tal vez nunca te hayas parado a pensar en ello.

Vamos, exactamente lo que me pasó a mí hace unos años.

Para que entiendas a qué me refiero voy a comparar nuestra realidad con la de la película In Time.

No hace falta que la conozcas, pero sí que sería fantástico que vieras el tráiler en YouTube, te llevará solo dos minutos. No es imprescindible, pero lo entenderás mejor.

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En esta película, la gente no trabaja por dinero, como nosotros, sino que lo hace a cambio de tiempo.

Tienen un reloj incorporado en su cuerpo, su sueldo son horas de vida y cuando van a comprar algo, lo pagan con esas horas de vida.

Y si el reloj llega a cero, mueren. En cambio, si nunca llega a cero, pueden vivir eternamente.

En el film, un gran porcentaje de la población vive al día, literalmente.

Su reloj llega casi a cero a diario, hasta que terminan su jornada de trabajo, cuando les pagan con el tiempo justo para sobrevivir un día más.

¿Realmente este argumento es diferente a nuestra forma de vivir?

A nosotros nos pagan con dinero, cierto, pero ese dinero lo usamos para comprar cosas, y un gran porcentaje de la población llega justa a final de mes, hasta que vuelve a cobrar, y la misma rueda vuelve a empezar.

Y ese dinero, que tanto nos cuesta ganar, no es más que tiempo.

Para cobrar a final de mes tienes que invertir cuarenta horas a la semana en algo o alguien.

Si te quedas sin dinero, no te mueres inmediatamente, como en la película, pero las consecuencias que de ello se desprenden harán que tu calidad de vida no deje nunca de empeorar.

Por tanto, cuando compras algo, no lo estás pagando con dinero, lo estás pagando con tu tiempo.

Tener esta idea clara también ayuda a ahorrar, porque te hace ver las cosas de otra forma.

Por ejemplo, un iPhone cuesta $1.000. Seguramente tienes que trabajar, al menos, un mes entero para obtener uno.

Cuando vayas a comprarlo, tienes que imaginarte a tu jefe diciéndote que el próximo mes no te va a pagar ni un dólar, y que, a cambio, te dará ese iPhone que tanto quieres.

Pensar así no sirve solo para gastos grandes.

Por ejemplo, recientemente me surgió la posibilidad de ir a un concierto de un grupo que no conocía mucho, y la entrada costaba $30. Seguramente, contando alguna copa, el gasto hubiera subido hasta $50. En mi caso, para ganar $50 tengo que trabajar casi tres horas, por lo que la pregunta ya no era si me apetecía el plan, sino si me interesaba tanto el concierto como para trabajar tres horas, o si prefería no trabajarlas y buscar un plan alternativo más barato y que me gustara más.

Cuando dejas de ver el dinero como un trozo de papel o un simple número y lo empiezas a ver como tu propio tiempo, algo finito, lo valoras mucho mejor y, por tanto, lo derrochas menos y ahorras más.

Es fundamental tener claras tus prioridades en la vida. Pero de nada sirve si no vives acorde a ellas.

Hice un curso hace poco en el que había una actividad en la que tenías que escribir tus diez mayores prioridades. Tras ello, debías anotar las diez prioridades reales de tu vida, es decir, a lo que realmente dedicas el tiempo.

Es curioso, porque imagino que mis resultados fueron similares a los de muchos otros.

Mis prioridades eran mi familia, mis amigos, ser feliz, etc.

Pero esas eran las prioridades ideales, no las reales.

En la vida real, mi clara prioridad era el trabajo y mi página web, Opinatron.

En aquel entonces, cuando iba a comer a casa de mi familia, me despedía pensando que tenía «cosas más importantes que hacer».

En teoría, mi familia tenía más prioridad que el trabajo, pero la realidad era distinta.

¿Y para qué te cuento esto?

Muy fácil.

Cuando compras algo, lo compras con el dinero por el que has cambiado tu tiempo.

Quizá tu prioridad sea pasar tiempo con tu pareja y con tus hijos, o quizá sea viajar por el mundo, no importa.

Cuando estás comprando algo innecesario, estás declarando que en realidad es más prioritario tener eso en tu vida que más tiempo para conseguir tus prioridades ideales, las que sabes que realmente quieres y te harán feliz.

Te propongo hacer el ejercicio que te he mencionado, sin duda, a mí me marcó.

Ahora, cuando voy a comer a casa de mi familia, me quedo bastante más tiempo que antes, ya que me he dado cuenta de que eso es mucho más importante que escribir otro libro o que simplemente ver una serie.

Se dice que tenemos tiempo para todo, pero eso no es cierto.

El tiempo es finito, y a todos se nos va a terminar.

Aprovéchalo al máximo, aprovéchalo haciendo lo que realmente quieres hacer y no cambiándolo por iPhones y otros objetos obsolescentes innecesarios.

#3 – Los pequeños ahorros Sĺ marcan la diferencia

Tras el punto anterior, quizá te hayas quedado pensando en que lo de reflexionar en el tiempo que te cuesta comprar algo tiene su lógica, aunque tal vez si se trata de poco dinero, no tiene mucho sentido.

Total, $20 no es nada…

¡Mentira!

Conozco a gente con dinero que parece que siempre puede comprar lo que quiere, y también conozco a otros que parece que nunca tienen dinero y que siempre lo están pasando mal.

Y, casualmente, son los últimos los que menos valoran las pequeñas cantidades de dinero.

Una vez escuché, alucinando, a un conocido al que le cuesta llegar a fin de mes infravalorar $50.

¿Cómo podía ser que alguien que claramente tenía problemas llegando a fin de mes no valorará $50?

Su reflexión fue básicamente la siguiente: ¿de qué me va a servir ahorrar unos míseros $50 si, total, me los voy a gastar en cualquier cosa y a final de mes voy a estar exactamente igual?

En mi opinión, pensar de esta forma es un gran, gran error. Y, además, sé lo que falla en esa línea de pensamiento.

El error es creer que esos $50 solo pueden ahorrarse una vez y que no son acumulables.

Quien piensa de esta forma ve esos $50 como una transacción puntual, como algo que pasará una vez, pero no es así.

En realidad, esas oportunidades de ahorrar algo, aunque sea solo $1, surgen muchísimas veces a lo largo de treinta días, y tu decisión en cada una de esas oportunidades marcará tu ahorro a final de mes.

Como dijo Benjamin Franklin, «cuida los pequeños gastos; un pequeño agujero hunde un barco».

Los pequeños ahorros sí que sirven, aunque parezcan insignificantes. Está claro que ahorrar $1 y guardarlo en un cajón no servirá de mucho, pero ahorrar $1 al día y ponerlo a trabajar para ti sí puede marcar la diferencia a largo plazo.

Para que veas que realmente no estoy exagerando, deja que te pregunte algo: ¿cuánto dinero crees que podrías tener en diez años si consiguieras ahorrar $50 al mes?

El cálculo es sencillo, al cabo de diez años habrás acumulado $6.000.

Pero puede ser más que esto, y es que si lo inviertes con un 7 % de rentabilidad anual, obtendrás bastante más, casi $9.000.

Es cierto que diez años pueden parecer mucho, pero es que a cambio solo habrás tenido que ahorrar $50 al mes, algo al alcance de casi cualquiera.

¿Y cómo invertirlo?

Mi opción favorita es invertir en bolsa, sin duda. En concreto, los robo advisors.

#4 – Llegar justo a fin de mes y no ahorrar dinero no tiene por que ser lo normal

Mucha gente me pregunta cosas sobre dinero y sobre independencia financiera.

Eso de que mi objetivo sea vivir sin trabajar a cambio de un sueldo sorprende y genera curiosidad.

Cuando alguien me pregunta online, ya sea a través de Opinatron o por correo electrónico, lo hacen con la intención de aprender, y es que normalmente persiguen el mismo camino.

Se dan cuenta de que es algo lógico y posible.

En cambio, cuando me pregunta alguna persona de mi entorno, ya sea porque se acaba de enterar de mi objetivo o porque tiene algún problema económico, su mentalidad es muy diferente.

No siempre, pero, en muchas ocasiones, preguntan con incredulidad, simplemente asumiendo que lo que digo no aplica para ellos.

Se trata de un problema de mentalidad, y es muy frecuente. Nunca nos han enseñado nada sobre el dinero, y tenemos ciertas creencias tan arraigadas que nos cuesta desprendernos de ellas.

Una de estas creencias es la del título de este apartado, pensar que llegar justo a fin de mes es lo normal.

Es sorprendente, pero alrededor del 50 % de las familias no ahorran ni un dólar, y en muchas ocasiones lo ven como algo corriente.

«Llegar justo a fin de mes es lo normal», piensan, y por tanto no hacen nada por cambiar su situación económica o esperan que cambie sola, pero normalmente las cosas no cambian solas.

En realidad, llegar justo a fin de mes NO es lo normal, y no debe verse como tal.

Llegar justo a fin de mes, cada mes, implica que siempre tendrás preocupaciones por el dinero, incluso puede llevar a endeudarte si te surge algún imprevisto.

Aunque parezca mentira, dejar de llegar justo a fin de mes es muy sencillo. No requiere grandes sacrificios ni cosas raras. El secreto es simplemente ser consciente de que eso no es lo normal.

Si aceptas cualquier cosa como normal, es difícil que hagas algo por cambiarlo, llegarás a aceptarlo como parte de tu vida y te acabará sucediendo siempre.

Este tipo de creencias tienen tanta fuerza que, incluso aunque un mes consigas ahorrar algo, seguramente al mes siguiente te lo acabes gastando de alguna forma inesperada o improvisada.

Si este es tu caso y siempre llegas justo a fin de mes, voy a darte una técnica que puede cambiar tu situación directa y fácilmente.

Se trata de algo conocido como el «preahorro», término que escuché por primera vez a Luis Pita, autor del libro Ten peor coche que tu vecino.

Si siempre llegas justo a fin de mes, o conoces a alguien a quien le pase, es posible que no sea por un sueldo muy bajo.

Aunque, por supuesto, en ocasiones puede que sea por eso, en muchas otras sucederá simplemente porque el dinero desaparece de tu cuenta casi sin saber cómo.

Si tienes dinero en el banco, siempre encontrarás algo en que gastarlo, y si un mes ahorras una pequeña cantidad, seguramente el mes siguiente surgirá una nueva oportunidad de comprar cualquier cosa.

De este modo, tu cuenta bancaria siempre estará a cero.

Asúmelo, el problema no es que tengas muchos gastos o que sea imposible ahorrar, sino que tienes tendencia a gastar el dinero que tienes en la cuenta, aunque realmente no necesites comprar nada en ese momento.

Esto se puede evitar con el preahorro.

El preahorro consiste en ahorrar antes de gastar, en pagarte a ti primero antes de pagar todo lo que tengas que comprar.

Para aplicarlo, simplemente tienes que elegir un porcentaje de tus ingresos que te gustaría ahorrar, por ejemplo, el 10 %, y establecer un sistema automático que se lleve ese dinero de tu cuenta a otro sitio, idealmente a alguna cuenta de inversión.

Así, ni te darás cuenta de la existencia de ese dinero, y aunque a final de mes llegues con tu cuenta a cero, siempre tendrás ese 10 % que has apartado.

Por supuesto, tienes que ser estricto y no permitirte tocar ese dinero desviado bajo ningún concepto.

Actúa como si lo hubieras perdido, aunque realmente lo estás guardando para tu yo del futuro.

Poco a poco, y sin darte cuenta, tendrás más dinero, y por tanto más seguridad financiera.

Parece un método obvio y sencillo, y realmente lo es.

Su efectividad reside en que alguien que vive con 500 al mes, seguramente también puede vivir igual de bien si el 10 %, es decir, $50, desaparecen a principios de mes.

Simplemente dejarás de gastar en algún capricho; ese tipo de gastos que no te aportan nada que ya he mencionado.

Personalmente, no utilizo este método, ya que mi objetivo es ahorrar el máximo posible, siempre sin dejar de gastar en cosas que realmente quiero.

Pero si en tu caso te cuesta ahorrar, este método puede ser la solución.

Hasta aquí este artículo que, espero, te pueda ayudar a ahorrar más dinero.

El dinero es fundamental, y por ello trabajamos muchas horas para conseguirlo.

Y, sin duda, la falta de dinero es un gran problema que dificulta la felicidad, que hace que vivir tranquilo sea difícil.

Por tanto, coge las riendas de tus finanzas, y proponte ahorrar cada mes, aunque sea algo.

Cuando ya hayas ahorrado, y tengas un cierto colchón, mi consejo es que empieces a plantearte invertir ese dinero.

¿Cómo?

Ya te he contado alguna forma durante el artículo, pero si quieres aprender más sobre el tema, este mini curso gratuito de 5 lecciones te puede ayudar.

3 comentarios en «4 Cambios de Chip que te ayudarán a ahorrar más»

  1. Sin duda es algo mental, de chicos nos enseñan muy poco sobre dinero. En las escuelas no se tocan estos temas, y si tampoco tenemos la suerte de tener una familia que nos instruya sobre finanzas es dificil hacer las cosas bien y progresar economicamente. Es cuestion de aprender ciertas reglas y principios, instruirse para cambiar la realidad. Saludos

    Responder
  2. La libertad financiera está en las inversiones en bolsa. Está clarísimo. Aunque hay que estar formado. Otras inversiones (inmobiliarias, negocios…) nunca tendrán tanto retorno en menos tiempo. Pero ojo, siempre con cabeza y estando bien formado en value investing por ejemplo. Saludos.

    Responder

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